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6.140 🤎 De logro en logro

Días atrás subí al escenario como cualquier otro día. Con el corazón a punto de salirse escapando por mi boca. Pulsando muy acelerado y con una mezcla de emoción y nervios que no dejaban de sacudir mi estómago. Yo solo quería regalarle a Toronto un momento inolvidable. Donde la magia estuviese prente en cada acorde que fluian de nuestros amados instrumentos. Donde juntos nos pudiésemos fundir en las melodías de nuestras canciones. Aquellas que son susurro de sentimientos verdaderos y de un corazón inmerso en un amor indescriptible.

Salí al escenario para encontrarme con la mirada expectante de mil personas. No imaginé que esos minutos sobre el escenario iban a ser diferentes a otros. No contaba con que Toronto y su hermosa gente nos iban a mirar con otros ojos. Ni mucho menos que terminarían regalandonos nuestro primer concierto impecable...¡Impecable! Han pasado los días y aún no alcanzo a comprender lo qué sucedió en aquel escenario. Aunque, fue así. Brillamos de una forma distinta a otras. Y no fueron las luces las que nos hicieron brillar con otra manigtud. Fue lo único que hace al alma brillar. Al menos la mía, el amor genuino que irradia una luz propia, imposible de replicar. Esa misma que él me regala, innegable, sin disfrazes. Que por naturaleza y hechizos de antepasados se hace más fuerte. Más incontrolable. Más nuestro.